H2O. Como una molécula tan simple puede ser a la vez tan compleja, tan necesaria y tan interesante. Se compone de dos átomos de Hidrógeno, y uno de Oxígeno, y su estructura polar le confiere unas propiedades especiales como la capacidad de disolver los compuestos minerales con los que entra en contacto.
El Agua, femenina con artículo masculino en singular, pero femenino en plural…Las Aguas.
En este apartado vamos a contaros información acerca del agua de consumo que a lo largo de los años hemos ido como equipo de ACONDAQUA incorporando como experiencia laboral, como experiencia vital. Incorporamos también referencias a textos y fuentes fiables donde poder completar información, donde podrán descubrir las cualidades fascinantes del líquido elemento, las conocidas (único elemento que en estado sólido disminuye su densidad, que en lugar de contraerse con el frio se dilata, la capilaridad, la tensión superficial, etc, etc,…..) y las que no lo son tanto (generación de cristales de hielo, memoria del agua, aguas activadas…).
Al final se trata de que acceder a información muy útil a tener en cuenta cada vez que diariamente bebemos agua. Si, todos los días, y si no mal. Más de 4 días no podemos, dicen.
También se pretende informar sobre las características físico-químicas del agua, las cuales aparecen en las etiquetas de las botellas de Agua Mineral Natural o Agua Preparada cuyo consumo está tan extendido y normalizado. Tan normalizado, que llegamos a pagar sin mayor preocupación el agua a un precio similar al del combustible que usamos para nuestros vehículos, cuando el procesado es infinitamente más sencillo (y por tanto más barato). Los beneficios del crudo (petróleo) son por todos conocidos (Países Árabes,…). Imagínense pues si los costes de extraer y procesar y distribuir el petróleo fueran los mismos que el del agua embotellada. Cada cual que saque sus propias conclusiones.
El Agua embotellada puede tener un origen Natural (manantial, rio, subsuelo) y en función del recorrido que haya hecho el agua de lluvia hasta llegar a ese origen, pues arrastrará más o menos minerales y más menos concentrados, lo que les otorgarán unas propiedades u otras, y podrá tener ciertos matices de sabor aunque sea por definición incolora, inodora e insípida. También pueden arrastrar contaminantes como carga orgánica y contaminación microbiológica (deyecciones y descomposición de animales y seres vivos) así como otros contaminantes que hayan llegado hasta ese rio, manantial o acuífero subterráneo fruto de la actividad humana (pesticidas, vertidos industriales,…). Por eso las embotelladoras de Agua Mineral Natural se sitúan cerca del origen de esas aguas, para controlar todo aquello que pueda haber disuelto el agua hasta su embotellado en la planta procesadora. En la planta procesadora de estas aguas embotelladas el agua se analiza, se filtra, se desinfecta (sin cloro) y se embotella, garantizando unos controles estrictos de calidad. Para ello hay un Real Decreto, el RD 1798/2010 por el que se regula la explotación y comercialización de aguas minerales naturales y aguas de manantial envasadas para consumo humano.
El agua de “grifo”, proveniente de Redes Municipales de Aguas Potables, se regula por el RD140/03 de Aguas Potables, siendo las compañías municipales o mixtas, las responsables de velar por el cumplimiento del citado Real Decreto. El origen de estas aguas suele ser embalses, acuíferos subterráneos, trasvases de otras cuencas Hidrográficas (ríos) e incluso agua desalada de mar, algo que aún resulta chocante para parte de la población, la cual ignora que el agua de lluvia también proviene en su mayor parte del mar, solo que se obtiene por evaporación y condensación, frente a la tecnología de Ósmosis Inversa aplicada en las desaladoras de agua de mar.
La principal diferencia del agua de “grifo” con las aguas embotelladas no es el control sanitario (pues es incluso superior en frecuencia y alcance), ni la composición físico-química (cada agua mineral embotellada también es diferente en función de su procedencia), es fundamentalmente que la desinfección previa al embotellado de las Aguas Minerales se realiza con Ozono, que no deja residual (sabor) en el agua, puesto que nada más que se llena se tapa y se precinta hasta su consumo, frente a la distribución de aguas potables en Redes Municipales, que tienen que desinfectar con cloro en origen, que sí que deja residual, porque es necesario controlar que el agua en todo su trayecto por las redes de agua enterradas hasta los millones de grifos de consumo tengan ese residual de cloro que garantiza la ausencia de actividad microbiológica. Por eso además de clorar en la planta potabilizadora municipal (y decantar, filtrar, analizar y controlar) se añaden distintos puntos de re-cloración en la Red de Distribución donde se inyecta de nuevo cloro para que llegue hasta el punto de consumo, pues el cloro se evapora con el tiempo, reacciona, se transforma, pudiendo llegar a perder su acción desinfectante.
El origen principal de sabores desagradables del agua de grifo viene precisamente del uso del cloro, pero su poder desinfectante, su relativa estabilidad en el agua, su facilidad de medición incluso telemática y su también relativa facilidad en el manejo y bajo coste hace que sea difícil su sustitución. Aquí podéis ver gracias a TÉCNICA INDUSTRIAL un gráfico que muestra cómo evoluciona el cloro cuando se adiciona al agua:
El método por excelencia para la adsorción del cloro (retención), y de todos sus derivados presentes en el agua, es el uso de la filtración por carbón activo, que junto la tecnología de ultrafiltración y la desinfección posterior redundante por Ultravioleta (tecnologías usadas en las fuentes de la red AQU@NSITE NET) garantizan la ausencia de sabores desagradables en el agua de grifo. Para ello se requiere de una sustitución periódica del carbón activo.
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La otra fuente de sabor en las aguas aptas para el consumo humano es, en menor medida, la composición físico-química. De hecho, esto provoca, junto con la gran influencia del Marketing de las empresas embotelladoras, que haya consumidores fieles a unas marcas frente a otras, defiendo su elección que incluso les otorga en ocasiones cierta distinción y “exquisitez” en el gusto. Por supuesto también hay razones médicas (cálculos renales, sensibilidad al sodio, problemas gástricos) que aconsejan unas composiciones físico-químicas frente a otras, lo que la final se traduce en una “guerra” de marcas comerciales.
Bueno, pues frente a la subjetividad legítima en los gustos, describo a continuación una clasificación de las aguas en función de su contenido en sales minerales extraída del Libro “Aguas de España y del Mundo”, del autor Faustino Muñoz Soria de la Editorial Omega.
Aguas Bicarbonatadas
Su aporte de bicarbonatos (HCO3) supera los 600 mg/l. Se les atribuyen efectos neutralizantes de la secreción gástrica y como consecuencia favorecen una buena digestión. Se les atribuye acciones favorables en los individuos con problemas de metabolismo, sobre todo cuando se trata de organismos que queman pocas grasas, o que tienen hígados poco activos.
Aguas Sulfatadas
Poseen más de 200 mg/l de sulfatos. Pueden aportar cierto sabor amargo. A estas aguas se les asocian efectos favorables sobre la piel y el aparato digestivo, con efectos hepáticos favorables.
Aguas cloruradas
Aguas con más de 200 mg/l de cloruros (Cl). Pueden llegar a aportar cierto sabor salado. Puede tener un efecto diurético en combinación con el sodio. No confundir con el cloro. No tiene nada que ver salvo la similitud etimológica.
Aguas sódicas
Aguas con más de 200 mg/l de sodio (Na). Aguas no aconsejadas para la población infantil, personas ancianas y sobre todo suelen ser desaconsejadas para personas con problemas de riñón.
Aguas cálcicas
Aguas con más de 150 mg/l de calcio (Ca). El calcio del agua se absorbe bien por el organismo y contribuye a la mineralización de huesos y dientes. Se recomienda para embarazadas, niños, ancianos y puede ser útil en algunos casos para prevenir la osteoporosis.
Aguas Magnésicas
Aguas con más de 50 mg/l de magnesio (Mg). Contribuye a la mineralización de huesos y dientes y pueden resultar ligeramente laxantes.
Aguas con Sílice (SiO2)
El silicio es conocido por sus saludables efectos sobre el pelo, piel y huesos. Efectos emolientes, sedantes y anti-inflamatorios. Su presencia aporta al agua suavidad al paladar.
Residuo seco a 180ºC
Son las sales que quedan tras evaporar el agua (“polvillo”) y que se clasifican en:
- Aguas de mineralización débil: Residuo seco hasta 500 mg/l
- Aguas de mineralización débil: Residuo seco entre 500 y 1.500 mg/l
- Aguas de mineralización fuerte: Residuo seco superior a 1.500 mg/l
Curiosamente es extendida la creencia que las aguas de mineralización débil son “mejores”, cuando en realidad son las sales minerales que aporta el agua las que necesitamos añadir al organismo cuando tenemos “sed”, al consumir dichas sales en nuestro metabolismo y en la sudoración. Por eso el sudor tiene un sabor salado y tiende a dejar restos en la ropa, que no es más que el residuo seco (acompañado de grasa y otras sustancias). Por eso no es bueno beber agua destilada (agua sin sales minerales), pues podríamos llegar a sufrir deshidratación, al igual que si bebemos un agua muy salada, por efecto del sodio y de los cloruros (NaCl).
El Residuo seco no son impurezas del agua, son las sales minerales que contiene, las cuales son necesarias para nuestro organismo como hemos comentado. La conveniencia de tomar un agua u otra dependerá de las características de la persona.
Y esto queríamos comentaros acerca del AGUA PARA BEBER, para que cuando os salga la conversación en una mesa de Restaurante, pues ya tenéis para decir algo. Y hacer crecer AQU@NSITE NET.